Senegal es un país de gentes amables y con vivos contrastes. En medio de una naturaleza prodigiosa se erigen ciudades como Dakar y Saint-Louis, donde conviven tradición y actualidad. Tiene muchas posibilidades para satisfacer las preferencias de todos los tipos de turismos: escuchar las historias de un Grioh, participar en ceremonias tradicionales e internarse en la naturaleza.
La mayor parte del territorio de Senegal, a excepción de las montañas de Fouta Djalon, se encuentra a menos de 100 metros de altura sobre el nivel del mar. Es recorrido por tres ríos principales, el Senegal, el Gambia y el Casamance, que a la vez marcan la vida de las tres regiones del país. Sin embargo, es el delta del Siné-Saloum, formado por la desembocadura de esos dos ríos, el que se constituye como una de las regiones más hermosas por sus paisajes y diversidad de flora y fauna, en especial de aves y chimpancés.
La región cuenta con un clima tropical húmedo. La estación de lluvias, entre mayo y noviembre, viene acompañada de fuertes vientos del sureste que refrescan el ambiente. Durante la estación seca, de diciembre a abril, soplan los vientos harmatta, elevando la temperatura por encima de los 30°C.
Senegal es un país de una riqueza y vitalidad cultural desbordante en la que lo tradicional y lo moderno se entremezclan continuamente, con interesantes resultados estéticos y lúdicos. |