El paisaje de la Costa Daurada se podría definir, en pocas palabras, como un gran contraste. En él encontramos espacios naturales de gran belleza y de gran interés. En el sur el Parque Natural del Delta del Ebro y la Reserva Nacional de los Puertos de Tortosa-Besseit y en el oeste las Montañas de Prades.
Estos grandes contrastes tienen un denominador común: la luz. Las playas de la Costa Daurada son largas y de poca profundidad, sin apenas accidentes orográficos. De arena fina y, al igual que el agua del mar, limpia.
Lugares de interés
Reus con su rica arquitectura, el Parque Samà, edificio de estilo colonial con su jardín exótico; el Castillo de Escornalbou, antiguo convento románico; Mont-roig del Camp o el municipio de Prades lugar apreciado por sus aguas y su clima.
La ciudad de Tortosa conserva muchos monumentos de diversas culturas; el Assut de Xerta iniciado en la época de los árabes; la zona montañosa de los Puertos con el Monte Caro; y poblaciones como la Ametlla de Mar que conservan su aire marinero.
También los núcleos de Vendrell, Calafell, Sant Jaume dels Domenys, L’Arboçson son de gran interés cultural, en las que sus diferentes museos y monumentos reflejan el paso de distintas y diversas civilizaciones.
El Delta del Ebro es la tierra ganada al mar por el río a través de los años. Ofrece un paisaje insólito, único. La capital, Amposta, con su puente colgante sobre el Ebro, conserva importantes restos medievales, y una necrópolis ibérica en Oriola.
La arteria principal de Tarragona es la Rambla, punto de encuentro de los tarraconenses y que desemboca en el famoso balcón de Mediterráneo. En la parte baja de la ciudad se sitúa el barrio marítimo de pescadores conocido como el Serrallo. El casco antiguo de Tarragona, situado en la parte alta de la ciudad y protegido por la muralla romana, está presidido por la Catedral románico-gótica.
La Tarragona romana conserva un importante patrimonio de su época de esplendor. |