Bañadas por el océano Atlántico, son siete islas y seis islotes cuyo perfil volcánico le confieren un aspecto rojizo y diferente al resto de las tierras españolas.
En Tenerife destaca el Parque Nacional del Teide, de 3.555 metros, y la impresionante costa, además de los Carnavales de la capital, Santa Cruz de Tenerife, los más famosos de toda España y que transforman la ciudad.
Gran Canaria alcanza su mayor altura en el pico Pozo de las Nieves y combina como el resto de islas, las playas y las dunas.
En Lanzarote es imprescindible conocer el Parque Nacional de Timanfaya, con las Montañas de Fuego como núcleo central y la atractiva Ruta de los Volcanes.
La Palma, también llamada la Isla Bonita, merece una visita tan sólo por averiguar el por qué de este sobrenombre.
Fuerteventura, La Gomera y El Hierro son destinos menos concurridos quizá, pero ideales también para disfrutar de la naturaleza y de todo tipo de actividades al aire libre.
Su origen volcánico les ha dado unas variedades geológicas inimaginables. Por eso, hay que ir a verlas. Además, en Canarias, sus extensas playas, profundos valles, pequeños desiertos y altas montañas dibujan un continente en miniatura. Canarias, tan exótico y tan cerca. |